Sal 31,1-2.5.11
R/. Tú eres mi refugio,
 me rodeas de cantos de liberación
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
 a quien le han sepultado su pecado;
 dichoso el hombre a quien el Señor
 no le apunta el delito. R/.
Habla pecado, lo reconocí,
 no te encubrí mi delito;
 propuse: «Confesaré al Señor mí culpa»,
 y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R/.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
 aclamadlo, los de corazón sincero. R/.
 



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