Sal 94,1-2.6-7.8-9
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
 «No endurezcáis vuestro corazón» 
Venid, aclamemos al Señor,
 demos vítores a la Roca que nos salva;
 entremos a su presencia dándole gracias,
 aclamándolo con cantos. R/.
Entrad, postrémonos por tierra,
 bendiciendo al Señor, creador nuestro.
 Porque él es nuestro Dios,
 y nosotros su pueblo,
 el rebaño que él guía. R/.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
 «No endurezcáis el corazón como en Meribá,
 como el día de Masá en el desierto;
 cuando vuestros padres me pusieron a prueba
 y me tentaron, aunque habían visto mis obras». R/.
 
 


