Sal 33,2-3.4-5.6-7.8-9
R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
Bendigo al Señor en todo momento,
 su alabanza está siempre en mi boca;
 mi alma se gloría en el Señor:
 que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
 ensalcemos juntos su nombre.
 Yo consulté al Señor, y me respondió,
 me libró de todas mis ansias. R/.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
 vuestro rostro no se avergonzará.
 El afligido invocó al Señor,
 él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles
 y los protege.
 Gustad y ved qué bueno es el Señor,
 dichoso el que se acoge a él. R/.
 
 


