Sal 122
R/. Nuestros ojos están en el Señor,
 esperando su misericordia
A ti levanto mis ojos,
 a ti que habitas en el cielo.
 Como están los ojos de los esclavos
 fijos en las manos de sus señores. R/.
Como están los ojos de la esclava
 fijos en las manos de su señora,
 así están nuestros ojos
 en el Señor, Dios nuestro,
 esperando su misericordia. R/.
Misericordia, Señor, misericordia,
 que estamos saciados de desprecios;
 nuestra alma está saciada
 del sarcasmo de los satisfechos,
 del desprecio de los orgullosos. R/.
 
 


