Medjugorje, Julio: “Conocí a Jesús y María y ahora mi vida ha cambiado”

Medjugorje
Fuente: Getty

Julio y su infancia difícil

Julio dijo de haber sufriendo de bipolaridad, durante una infancia muy difícil. Su historia fue sobre el abandono de sus padres, de abuso sexual sabusos sexuales sufridos en la institución a la que fue encomendado, de mucha violencia física y psicológica.

El hombre, en mayor edad, empezó a mostrar también los primeros signos de depresión y ad hacer uso de drogas psicotrópicas. La vida continuó poniéndolo a prueba y obligándolo a afrontar un luto después del otro. Tomado de la absoluta desolación, se refugió en las drogas y los juegos de azar, para escapar de su realidad.

Medjugorje: el viaje de Julio

En 2014, por una serie de circunstancias, Julio se encontró viajando a Medjugorje: “Me encontré en un autobús que me llevó a Medjugorje, ni siquiera sé por qué, incluso si, más tarde, lo entendí. Lloré como un niño, recordando todo el mal que había estado en mi desordenada e infeliz vida”.

Sin embargo, al llegar a su destino, ese llanto no dejó, pero se transformó y, mientras Julio abandonaba a los pies de la Virgen María todo el dolor del pasado, sus lágrimas se convirtieron en alegría por la liberación, por la serenidad del corazón.

A partir de ese día, todo cambió y Julio nunca dejó de ir a Medjugorje: “Conocí a Jesús y a María y ya no tengo miedo, me siento libre de cualquier prejuicio, de cualquier dependencia. E invito a cada uno de ustedes a testificar, porque es importante compartir, nos permite ayudar a otros. Habría podido suicidarse, pero alguien me lo impidió, Jesús manejé mis pasos y no entendí. Ahora comprendo muy bien que Jesús siempre ha estado presente en mi vida, incluso en los momentos más oscuros y tristes de mi existencia”.

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