Había llegado a su fin, sin duda. Pero hace cuatro años, la vida de Sara Conceição Santiago Ferreira cambió radicalmente.
Pero hoy, a los 25 años, es testigo de su curación por la intercesión de Nuestra Señora Aparecida.
El testimonio de Sara Conceição después de haber sido curada del cáncer
En 2011, descubrí que tenía cáncer, como el linfoma de Hodgkin. Pasé por 12 sesiones de quimioterapia y 21 sesiones de radioterapia. Y al final del año ya estaba en remisión (sin la enfermedad). Siempre me he mantenido firme y confiado en la intercesión de Nuestra Señora. En marzo de 2014 en una cita de rutina, descubrimos que el linfoma había vuelto y más agresivo y la solución habría sido realizar un trasplante de médula ósea. Pasé por 35 sesiones de quimioterapia que me dejaron muy débil y mostraron algunas complicaciones.
Y, gracias a la intervención de Nuestra Señora Aparecida, no he perdido la vista. Debido a problemas burocráticos con el gobierno de Río de Janeiro, tuve dificultades para realizar mi trasplante, que se realizó el 18 de marzo de 2016 en el Hospital Universitario de Juiz de Fora. Y mi médula ósea llegó el 29 de marzo.
El retraso no fue casual, fue en el Año de la Misericordia y sé que Nuestra Señora Aparecida estuvo siempre a mi lado para cuidar e interceder para que todo sucediera de la mejor manera posible. El 29 de julio de 2017 (año mariano), pude realizar un gran sueño, conocer la Casa de Mãe Aparecida y cumplir nuestro compromiso, junto con nuestro párroco, el padre Silvano Salvatte Zanon. Dejamos en el Salón de Promises una pequeña bolsa con mi cabello caído durante los años de tratamiento. Siempre me he sentido en el regazo de la Madre Aparecida.
A través de ella he logrado y alcanzado muchas gracias. Y hoy, estoy muy bien gracias a Dios, a la intercesión y protección de Nuestra Señora Aparecida.
Muy feliz de compartir un poco de mi historia con los Jóvenes de María. ¡Soy una joven mujer de María!
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