Cada jueves, por un total de 15 semanas, recorreremos, en oración, la vida de Santa Rita de Casia, la Santa de las causas imposibles, hasta llegar al 22 de mayo, día de su conmemoración.
ACTO DE CONTRICION
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Criador y Redentor mío, pos ser Vos quien sois, infinitamente bueno, y digno de ser amado sobre todas las cosas, me pesa, Señor, de todo corazón haberos ofendido, y propongo con vuestra divina gracia nunca más pecar, y confió que, por los méritos de vuestra sagrada Pasión y muerte, me habéis dé perdonar y dar gracias para perseverar en vuestro santo servicio, hasta el fin de mi vida. Amen.
JUEVES DÉCIMO TERCERO
ORACIÓN
Oye, oh Santa Rita, escucha nuestra esperanza y nuestro consuelo, nuestra humilde oración. ¡Qué abismo de miseria tenemos en nosotros! Con tu intercesión, sana y abre nuestros oídos, para que oigan la voz de Dios; sana y abre nuestros ojos, para que vean las señales; sana y fortalece nuestra voluntad, para que sea decidida y fuerte en obedecerle. Nosotros, hechos para el cielo, nosotros, herederos del reino de Dios, nos hemos rebajado al barro; aturdidos por el estruendo del mundo escuchamos las voces, que nos prometían la felicidad de los bienes terrenales, olvidándonos de la voz severa de nuestro Padre, amonestando que en el amor a las riquezas habíamos perdido su amor. ¡Oh! Tú que experimentaste toda la dulzura de los bienes celestiales, infunde una gota de ella en nuestros corazones; y entonces ya no curaremos nada, nada podrá apartarnos de su compra; y los bienes materiales no serán buscados por nosotros ni siquiera al precio de la religión, la justicia, la caridad. Que sea un espléndido triunfo de tu gracia que todos se conviertan en amantes del cielo, los que hasta ahora no buscaban y añoraban nada más que la tierra. Amén.
ORACION PARA TODOS LOS DIAS
Gloriosísima Santa Rita, sagrada protectora de imposibles, llamada por boca del mismo Dios, remedio de afligidos y astro brillante en el cielo de la Iglesia, para conducir a los mortales al seguro puerto de salvación, consolad, Santa mía, a los mortales que vivimos en este valle de lágrimas, y alumbrad nuestras almas con la luz del verdadero desengaño, haciéndolas conocer lo caduco de los bienes temporales y lo inestimable de los eternos. Y por la preciosísima sangre de Jesús, y la Inmaculada Concepción de María, su Santísima Madre; manifestad en nosotros la virtud, poder y gracia que os comunicó el cielo, haciendo que nuestros corazones se retiren y extraigan de las continuas olas y borrascas que excita en ellos el peligroso mar del mundo, para que así lleguemos seguros al puerto de salvación en la Bienaventuranza, para lo cual nacimos, vivimos y debemos morir, descansando en paz con el Señor, que es el principio y fin de todas las criaturas. Y también os suplicamos, nos alcancéis el especial favor que deseamos lograr y os pedimos en este Quincenario, si es para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas, y, sino que se haga en toda su santísima voluntad, y nosotros nos conformamos con ella. Amén.
RESPONSORIO
Salúdote Rita Esposa,
Que entre espinas de dolor
Naciste Vaso y aun rosa
De Cristo, divino Amor.
L/: Ruega por nosotros ¡Oh Rita!
R/: Para que seamos dignos de las promesas de Cristo
Señor ten piedad Señor ten piedad
Cristo ten piedad Cristo ten piedad
Señor ten piedad Señor ten piedad
Santa María, Madre de Dios R/: Ruega por nosotros
Santa María, Madre de la Consolación
Santa María, Reina de todos los Santos
Santo Padre Agustín
Santa Madre Mónica
Beato Simone Fidati
Nuestra Abogada
Don elegido del Cielo
Amante de la soledad
Modelo de pureza
Ejemplo de amabilidad
Espejo de obediencia
Ejemplo de esposa y madre
Admirable en la fortaleza
Victoriosa en la paciencia
Generosa en el perdón
Heroína en la penitencia
Viuda de paz
Generosa con los pobres
Fiel de la divina vocación
Modelo de vida claustral
Jardín elegido de toda virtud
Enamorada del Crucifijo
Traspasada por una espina de Jesús
Fuerte en el Amor hacia Dios
Adornada con la gloria del cielo
Gloria de la Orden Agustiniana
Rica de particular potencia
Seguro consuelo de los afligidos
Ancla de salvación
Patrona de los enfermos
Santa de los imposibles
Abogada de los casos desesperados
Poderosa auxiliadora de todos
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.
ORACIÓN: Oh Dios, que te dignaste infundir a santa Rita de tanta gracia, amor a los mismos enemigos y llevar en el corazón y en la frente los signos de tu caridad y Pasión, te pedimos nos concedas por su mérito e intercesión, los sufrimientos de tu Pasión, para obtener la recompensa prometida a los mansos y a los que lloran. Amén.
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