Al final del mes de marzo, ¡encomienda tu vida a San José! Oración del Manto Sagrado, para ser recitado hoy

¡Encomienda tu vida a San José! Oración para pedir ayuda a nuestro protector con la oración del Manto Sagrado

San Jose

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.

Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.

Jesús, José y María, en vos descanse en paz el alma mía.

Rezar 3 veces:

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.

Amén.

(Agradeciendo a la Santísima Trinidad en acción de gracias por haber exaltado a San José a una posición de dignidad tan excepcional)

CONSAGRACIÓN

I.

Heme aquí, oh gran Patriarca, postrado devotamente delante de ti.

Te presento este Manto precioso y al mismo tiempo te ofrezco el propósito de mi devoción fiel y sincera.

Todo lo que pueda hacer en tu honor durante mi vida, quiero realizarlo para manifestarte el amor que te profeso.

¡Ayúdame, San José! Asísteme ahora y en toda mi vida, pero asísteme especialmente en la hora de mi muerte, igual que te asistieron a ti Jesús y María, para que un día pueda honrarte en la patria celestial por toda la eternidad. Amén.

II.

Oh glorioso Patriarca San José, postrado ante ti, te presento devotamente mi veneración y comienzo a ofrecerte esta preciosa colección de oraciones, en recuerdo de las incontables virtudes que adornan tu santa persona.

En ti se cumplió el misterioso sueño del antiguo José, quien fue una figura anticipada de ti, pues no solamente te circundó con sus rayos brillantísimos el Sol divino, sino que también te iluminó con su dulce luz la mística luna, María.

¡Ah, glorioso Patriarca! Si el ejemplo de Jacob, que fue personalmente a alegrarse con su hijo predilecto, exaltado sobre el trono de Egipto, sirvió para arrastrar también a sus hijos, ¿no valdrá el ejemplo de Jesús y de María, que te honraron con toda su estima y todo este precioso manto? Oh, gran Santo, haz que el Señor dirija hacia mi una mirada de benevolencia.

Y como el antiguo José no rechazó a sus culpables hermanos, sino que los acogió con todo su amor, los protegió y los salvó del hambre y de la muerte, así tú, oh glorioso Patriarca, mediante tu intercesión, haz que el Señor no tenga que abandonarme nunca en este valle del destierro. Obtenme, además, la gracia de conservarme siempre en el número de tus devotos siervos que viven serenos bajo el manto de tu patrocinio. Deseo tener este patrocinio todos los días de mi vida y en el momento de mi último respiro. Amén.

ORACIONES

I.

Salve, glorioso San José, depositario incomparable del Cielo y padre adoptivo de Aquel que alimenta a todas las criaturas.

Después de María Santísima, eres el Santo más digno de nuestro amor y merecedor de nuestra veneración. Entre todos los Santos, sólo tú tuviste el honor de educar, guiar, alimentar y abrazar al Mesías, a quien tantos profetas y reyes desearon ver. San José, salva mi alma y consígueme de la divina misericordia la gracia que humildemente imploro.

Y consigue también para las almas benditas del Purgatorio un grande alivio en sus penas.

Gloria al Padre … tres veces

II.

Oh poderoso San José, tú fuiste declarado patrono universal de la Iglesia y yo, entre todos los otros Santos, te invoco como potentísimo protector de los miserables y bendigo mil veces tu corazón, siempre dispuesto a socorrer toda clase de necesidades.

A ti, amado San José, recurren la viuda, el huérfano, el abandonado, el afligido y toda suerte de desventurados; no hay dolor, angustia o desgracia que no haya socorrido piadosamente. Dígnate usar en mi favor los medios que Dios ha puesto en tus manos, para que pueda yo conseguir la gracia que te pido. Y vosotras, almas santas del Purgatorio, suplicad a San José por mí.

Gloria al Padre … tres veces

III.

A millares de personas, que te han suplicado antes que yo, les concediste consuelo y paz, gracia y favores. Mi alma, triste y dolorida, no encuentra descanso en medio de las angustias que la oprimen.

Tú, amado Santo, conoces todas mis necesidades antes de que las exponga en la oración. Bien sabes cuánto necesito la gracia que te pido. Me postro delante de ti y suspiro, amado San José, bajo el grave peso que me oprime. Ningún corazón humano se me abre, a quien pueda confiarle mis penas, y aún si encontrara compasión en alguna alma caritativa, tampoco podría ayudarme.

A ti recurro, por tanto, y espero que no me rechaces, pues Santa Teresa dijo y dejó escrito en sus obras: “Cualquier gracia que se pida a San José ciertamente se concederá”.

¡Oh San José, consuelo de los afligidos! Ten piedad de mi dolor y ten piedad de las santas almas del Purgatorio, que tanto esperan de nuestras oraciones.

Gloria al Padre … tres veces

IV.

Oh Santo excelso, por tu obediencia perfectísima a Dios, ten piedad de mí.

Por tu santa vida llena de méritos, escúchame.

Por tu amadísimo Nombre, ayúdame.

Por tu clementísimo corazón, socórreme.

Por tus santas lágrimas, confórtame.

Por tus siete dolores, ten compasión de mí.

Por tus siete gozos, consuela mi corazón.

De cualquier mal del alma y del cuerpo, líbrame.

De todo peligro y desgracia, aléjame.

Socórreme con tu santa protección y consígueme, con tu misericordia y poder, lo que necesito y especialmente la gracia que más me apremia.

Consigue para las amadas almas del Purgatorio la pronta liberación de sus penas.

Gloria al Padre … tres veces

V.

Oh glorioso San José, son incontables las gracias y los favores que tú obtienes a los pobres afligidos: enfermos de todo género, oprimidos, calumniados, traicionados, privados de todo humano consuelo, miserables necesitados de pan o de apoyo imploran tu real protección y los escuchas en sus ruegos.

No permitas, amadísimo San José, que sea yo la única persona, entre el gran número de las beneficiadas, que me quede sin la gracia que te he pedido. Manifiéstate también hacia mi potente y generoso, y yo, agradeciéndotelo, exclamaré: “Viva eternamente el glorioso Patriarca San José, mi gran protector y especial liberador de las santas almas del Purgatorio”.

Gloria al Padre … tres veces

VI.

Padre Eterno y Divino, por los méritos de Jesús y de María, dígnate concederme la gracia que imploro. En nombre de Jesús y de María, me postro con reverencia en tu divina presencia y te ruego con devoción que aceptes mi firme decisión de perseverar en el número de los que viven bajo el patrocinio de San José. Bendice, por tanto, el precioso manto que hoy le dedico como prenda de mi devoción.

Gloria al Padre … tres veces

Oh San José, defiende a la Santa Iglesia de toda adversidad y extiende sobre cada uno de nosotros tu patrocinio.

Puede interesarte ->  Oración muy efectiva a San Jose para peticiones imposibles y urgentes

Cuenta Instagram de la Luz de Maria -> Aquí

Impostazioni privacy