Cada 5 de Abril la Iglesia recuerda a San Vicente Ferrer, miembro de la Orden de Predicadores, maestro de teología y filosofía. Muchas personas recurren al Santo para pedir ayuda para problemas económicos.
Si tienes problemas económicos que no te dejan vivir tranquilo reza esta oración a San Vicente.
Oración para problemas económicos
¡Oh bendito San Vicente Ferrer!, hombre de corazón grande y generoso que mereciste que tu alma fuera adornada y enriquecida con todas las virtudes y dones del Espíritu Santo; grandemente amado de Dios y de los hombres que con tus oraciones, penitencias, palabra y ejemplo llevaste consuelo a las almas, cuerpos y vidas de las gentes, y con la autoridad y poder de hacer milagros que el Señor tuvo a bien otorgarte, aliviaste sus aflicciones, dificultades y carencias, recibe en esta ocasión mis más sinceros ruegos y ayúdame a conseguir lo que solicito en esta oración.
¡Oh padre San Vicente, singular abogado mío! Hoy preciso tu ayuda más que nunca, acudo a ti para pedir un cambio en mi vida y poder salir de esta mala situación en la que me encuentro, ruega al Padre que derrame sus bienes sobre mí.
Yo (di tu nombre) me encomiendo plenamente a su gran misericordia y estoy seguro que con tus súplicas e intercesión puedo lograr aliviar mis graves necesidades económicas; te pido con toda fe que me mandes tus bendiciones y alivio y que con tu santo amparo me cobije y auxilie en esta difícil situación que tanto me aflige: (di los favores que esperas conseguir)
San Vicente, que fuiste un ángel de bondad desde niño, tú que siempre estás atento y nunca desamparas, tú que concedes bienes a los que te piden ayuda, deposito en tus manos milagrosas todos mis problemas.
Abre mis caminos a la prosperidad, yo quiero dar lo mejor a mi familia, por ello pido hagas uso de tu valimiento en los Cielos y me socorras cuanto antes, haz que encuentre buenas personas que me ayuden, pon a mi alcance los medios necesarios para la buena marcha de mi economía, aleja de mi todo lo que me impide que avance, líbrame de todos los peligros que me rodean y, en especial, remedia todos mis males y carencias.
¡Oh amado padre San Vicente!, dechado de caridad fraterna, destinado por Dios para predicador de las gentes, alcánzame de Dios la gracia de convertirme de todo corazón a Él y de servirle hasta la muerte; alcánzame del Señor un corazón compasivo y generoso para practicar la misericordia con mis prójimos, y así obtenga el perdón de mis pecados y los tesoros eternos de la Gloria. Amén.
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