La Iglesia recuerda su fiesta litúrgica el día de la Epifanía del Señor, se celebra la manifestación de su Gran Poder en la Tierra.
Con solo mirarte, mi alma se queda atrapada, cobijada en tus ojos, llenos de dolor y de fuerza, de misericordia y bondad, ya no me quiero ir, junto a Ti me quedo aquí crucificado.
Jesús tu haces el milagro de que carguemos nuestras cruces y te sigamos, esperándolo todo y a la vez sin esperar nada.
Sólo Tú que eres Dios tienes el gran poder de aliviarnos. Sólo Tu Señor con tu gran amor nos salvas
Tu siempre estas con nosotros, con los que están enfermos, con los que viven en la pobreza, con los que sufren la soledad, con los humillados porque en ellos has puesto tus preferencias.
Aunque yo te siga ofendiendo tu siempre me estas esperando…
Cómo devuelvo ese amor. Cómo ayudo a aquellos que tanto necesitan de ti y no te conocen. Cómo les puedo decir que tu poder es infinito, que se agarren fuerte a tu ser que es el único camino. Que tu estás siempre ahí para ayudar a tus hijos, que se llenen de tu misericordia, que te recen con fervor, que aún no está todo perdido, que luchen contra el dolor, que en ti encontrarán alivio.
Señor del Gran Poder, mirándote encuentro respuesta, amar es el camino, amar y darlo todo, como lo hicite tu sufrieno por mí en el madero.
Amén.
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