El Papa Francisco ha marcado una época gracias a su constante compromiso con el cuidado de la Creación y del prójimo. Sus palabras, que resuenan como un llamado de profundo valor simbólico, nos dejan una valiosa herencia. En un mundo cada vez más dividido, su llamado sigue siendo un desafío urgente.

Papa Francisco y la responsabilidad sobre la Creación
Vivimos en una época marcada profundamente por crisis ambientales cada vez más evidentes. Además, atravesamos un periodo histórico en el que las desigualdades y las crecientes tensiones sociales hacen que el llamado que tantas veces nos dejó el Papa Francisco resuene como una advertencia profunda y llena de significado. Para el Pontífice, que hace poco dejó su vida terrenal para abrazar la celestial, la creación no es en absoluto un bien para poseer o, peor aún, para explotar. El Papa Francisco nos enseña que la Creación es un don de Dios, que debe ser custodiado con respeto y gratitud.
Este ha sido, a lo largo de su pontificado, un tema muy querido y frecuentemente retomado, como lo demuestra la encíclica que firmó, Laudato si’. A través de esta carta, el Papa nos ha hecho reflexionar, y no poco, sobre cómo el ser humano ha perdido el sentido del límite, creyendo poder explotar la Creación a su antojo.
El sentido de responsabilidad
Lo que el Papa nos invita a considerar con sus palabras es el sentido de responsabilidad que debemos tener hacia lo que Dios nos ha entregado. Custodiar la Creación, según el Pontífice, significa reconocer que la Tierra posee un valor intrínseco profundo, independiente de la acción humana. Se trata, en la visión del Papa, de un cambio de paradigma cultural, de una verdadera conversión interior. Las palabras de Francisco suenan, por tanto, como una importante advertencia para todos los hombres, creyentes y no creyentes. Con pocas y sencillas palabras, Bergoglio nos recordó cómo debemos vivir esta responsabilidad:
“Por favor, sean custodios de la creación, del otro, del ambiente” (fuente: pensamientos del Papa Francisco).
El respeto al otro
Igualmente poderoso es el llamado de Francisco respecto al respeto hacia el prójimo. En una época que resalta el individualismo, Bergoglio nos invita a redescubrir al otro no como un obstáculo, sino como un hermano. En este sentido, custodiar al otro se vuelve fundamental. Esto se manifiesta y se traduce en un compromiso concreto con la dignidad humana, especialmente con los más vulnerables y los más débiles. Sabemos cuánto se ha preocupado el Papa Francisco por esta parte de la población, y este es un llamado que también nos invita a reflexionar profundamente.
Crisis ambiental
En las palabras del Pontífice entendemos cómo hablar del ambiente significa enfrentar una de las crisis y emergencias morales y sociales más graves de la modernidad. El Papa Francisco denuncia con gran claridad el deterioro ambiental que afecta, en primer lugar, a quienes menos han contribuido al desastre ecológico. Lo que se nos pide hacer es custodiar el medio ambiente no solo como una cuestión “verde”, sino como un verdadero acto de justicia. Se trata, nos enseña el Papa, de cuidar a quienes vendrán después de nosotros, poniendo fin a esa cadena de explotación que hiere a la Tierra y a la Creación.
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