Juan Pablo II: su gran lección y el consejo sobre el coraje

En un mundo que a menudo divide, el Papa Juan Pablo II nos dejó, en cambio, una grandísima enseñanza sobre la unión y el coraje. El consejo del Pontífice parece simple, pero puede cambiar la vida.

Giovanni Paolo II e San Paolo
Juan Pablo II retoma la enseñanza de San Pablo.- LaluzdeMaria

Juan Pablo II: su mensaje sobre el coraje, el amor y la paz

Juan Pablo II sigue siendo, aún hoy, una de las figuras más influyentes de la cristiandad moderna. En uno de sus numerosos discursos, el Santo Pontífice nos dejó una de las enseñanzas más bellas e importantes sobre el tema de la paz, el amor y el coraje. Retomando las palabras del Apóstol Pablo, Wojtyła abrió una reflexión muy profunda, una exhortación viva que, en su sencillez, resulta casi revolucionaria.

El pasaje que San Juan Pablo II cita se encuentra en la Carta a los Corintios, un mensaje que resuena sin tiempo. El Apóstol, en esa ocasión, decía que debíamos tender a la perfección, darnos ánimo mutuamente y, sobre todo, vivir en paz con Dios. Lo extraordinario del mensaje del Pontífice es que no lo transmite exclusivamente como Obispo de Roma, sino precisamente como “hermano entre hermanos”. El Papa, de esta forma, extiende sus palabras a todos, creyentes y no creyentes.

El mensaje de coraje de Juan Pablo II

Para comprender mejor el mensaje que el Santo Pontífice quiso dejarnos, citamos directamente sus palabras, que invitan a todos a la reflexión. Wojtyła afirmaba:
“Yo, Juan Pablo II, me permito hacer mías las palabras del Apóstol Pablo y digo a ustedes, fieles de la Iglesia católica, y a ustedes, hermanos y hermanas de otras iglesias y comunidades eclesiales: ‘tiendan a la perfección, anímense mutuamente, tengan los mismos sentimientos, vivan en paz y el Dios del amor y de la paz estará con ustedes'”
(fuente: Pensamientos de Juan Pablo II).

A través de estas importantísimas palabras, el Pontífice se apropia humildemente del mensaje paulino, abriendo una profunda reflexión en los oyentes, una reflexión que va mucho más allá de la doctrina. En el corazón de estas palabras hay una invitación “a contracorriente”: una invitación a tender, sí, a la perfección, pero no a la soledad.

“Anímense mutuamente”

Y es precisamente en la frase “anímense mutuamente” donde se esconde una idea que, en cierto modo, desafía la visión individualista de la perfección como meta personal. En la invitación del Papa, la perfección espiritual es de tipo comunitario, es compartida y, por tanto, se alcanza juntos.

El mensaje continúa con otras frases emblemáticas e importantísimas: “tengan los mismos sentimientos” y “vivan en paz”. Lo de Juan Pablo II es un llamado muy sentido: el Santo Pontífice trató, a través de su mensaje, de proclamar una unidad posible, una unidad no impuesta, sino vivida interiormente.

Con su mensaje, el Papa no solo tomó prestadas las palabras del Apóstol Pablo, sino que las hizo suyas, y su enseñanza se convierte en un verdadero faro que guía. Tender a la perfección, de hecho, tiene un significado muy claro: significa acoger al otro y construir puentes, viviendo en paz.

El de Juan Pablo II es un mensaje que invita, aún hoy, a una profunda reflexión.

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