Un libro, más de 3000 idiomas: el porqué de una difusión global

Traducido a más de 3000 idiomas y custodiado durante siglos, el libro más traducido del mundo no es, desde luego, una novela moderna, sino un texto que, con su lenguaje universal, habla a todos. Pocos saben, sin embargo, que su impacto, a pesar de ser un texto Sagrado, va mucho más allá de la religión.

Bibbia
La Biblia es el libro más traducido. (photo Pixabay)

La Biblia: el libro más traducido del mundo

No es una novela, y sin embargo la Biblia rompe todos los récords desde el punto de vista editorial. El Texto Sagrado está disponible hoy (en su totalidad o en parte) en más de 3000 idiomas. Se trata de un dato sorprendente que supera con creces cualquier otro libro existente. A proporcionarnos estas cifras sobre el enorme éxito editorial es la Sociedad Bíblica, que habla incluso de más de 3500 lenguas y dialectos. Según se ha podido saber, la Biblia sigue expandiendo su presencia en todo el mundo, con su importante contribución lingüística, año tras año.

Si hoy la Biblia es un libro tan leído, traducido y estudiado, se lo debemos principalmente al incansable trabajo de estudiosos, lingüistas, misioneros y biblistas que, ya desde el siglo IV, han tratado de hacer accesible este tipo de texto a todos. En la Edad Media, San Jerónimo tradujo este célebre texto al latín. Su versión famosísima, conocida como la “Vulgata”, se convirtió en un gran éxito, ya que dio la posibilidad a una gran parte de la población de acceder al libro.

No solo San Jerónimo

En la Edad Moderna, otra gran versión del Texto Sagrado nació gracias a la imprenta de tipos móviles. Se trata, en este caso, de la Biblia de Gutenberg: el primer libro impreso en Europa con esta innovadora técnica. A la traducción de la Biblia también se asocia una interesante curiosidad: varios idiomas locales que no tenían forma escrita permanecieron así hasta que un misionero o lingüista cristiano llegó para traducir las Sagradas Escrituras. El deseo de difundir la palabra de Dios llevó a preservar muchas lenguas que, sin esta obra, probablemente habrían desaparecido.

Un mensaje universal

La pregunta surge espontáneamente: ¿por qué tanto esfuerzo? La respuesta es muy sencilla. La Biblia contiene un mensaje de carácter universal. Es un mensaje que debe poder llegar a todas las personas y, por lo tanto, debe ser comprendido por todos. La traducción de la Biblia, entonces, no es simplemente un ejercicio técnico y lingüístico, sino un verdadero acto de amor y de comunicación con un objetivo claro: llegar a todos.

Un trabajo que continúa

La labor de traducción de la Biblia, por supuesto, no ha terminado. A día de hoy, todavía son muchas las lenguas que no disponen de los versículos bíblicos. Esto hace que este libro siga siendo objeto de un trabajo continuo que lo vuelve cada vez más accesible. Las organizaciones cristianas están constantemente trabajando para ofrecer nuevas traducciones de uno de los textos más importantes de la historia.

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