Evangelio del día, 17 de julio: la consolación y la esperanza

Consuelo y esperanza en el Evangelio del día 17 de julio: una invitación directa y personal, capaz de tocar las fatigas más profundas del alma humana.

Evangelio 17
Evangelio 17 de Julio – LaluzdeMaria

El Evangelio del día 17 de julio es una clara invitación al corazón del cristianismo, aquel que habla de esperanza, de consuelo y de amor. El Evangelio nos introduce en una de las páginas más conmovedoras de las palabras de Jesús. No se trata de una enseñanza doctrinal, ni mucho menos de un milagro espectacular, sino de una invitación susurrada a quienes están cansados, oprimidos y agobiados. En un tiempo como el nuestro, donde el ritmo acelerado de la vida cotidiana parece consumir las energías interiores, este pasaje abre una ventana a una forma diferente de vivir, de afrontar la realidad, de cargar con el peso de la existencia.

Con sus palabras, recogidas por el evangelista, Jesús no se presenta como un líder triunfante, sino como un maestro manso y humilde. Su palabra se dirige directamente al corazón de quienes sufren, sin pedir nada a cambio, salvo la disposición a acercarse a Él. Es una invitación dirigida a todos, sin distinciones, porque el cansancio y la opresión son experiencias universales.

Evangelio del día, 17 de julio: “Venid a mí”

Del Evangelio según Mateo Mt 11,28-30

En aquel tiempo, Jesús dijo: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestra alma. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Lo de Jesús no es en absoluto un “mandato”. Cuando Cristo dice «Venid a mí», nos remite a un llamado lleno de amor y de acogida. Jesús se hace cercano a quien se siente aplastado, interiormente roto, emocionalmente herido. Sus palabras tienen el poder de aliviar no solo los sufrimientos exteriores, sino también los más ocultos: las decepciones, las soledades, los sentimientos de culpa, los fracasos.

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Dulzura y ligereza en las palabras de Jesús

Las palabras de Cristo, en el Evangelio del día, se vuelven claras y llenas de dulzura. Pero esto es posible única y exclusivamente gracias a la capacidad del Maestro de transformar lo que podría parecer pesado, precisamente el yugo, en algo extremadamente dulce y ligero. La respuesta a todo esto está en la experiencia del amor: lo que se hace por amor, lo que se vive en una relación viva con el Señor, ya no pesa como antes. El yugo de Jesús es su ley de amor, su estilo de vida hecho de entrega, mansedumbre y humildad. No elimina las dificultades, pero cambia la manera de llevarlas.

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