Evangelio del día, 29 de julio: el dolor y el diálogo

La lectura del Evangelio del día 29 de julio nos presenta una de las declaraciones más solemnes de Jesús. El diálogo con Marta se convierte en una ocasión para reflexionar sobre la fe, la esperanza y el sentido último de la vida.

Evangelio del día 29 de julio
Evangelio del día 29 de julio – LaluzdeMaria

En el Evangelio del día 29 de julio, el evangelista Juan nos muestra un ambiente de luto compartido: muchos judíos se habían acercado a Marta y María para consolarlas. Es un dolor auténtico, familiar, cotidiano. Pero es precisamente en ese dolor donde se abre el espacio para el encuentro con Jesús. Marta, apenas escucha que el Maestro está llegando, se levanta y corre. El luto no la paraliza. Este primer gesto ya es un acto de fe: busca a Jesús, va hacia Él, abre un diálogo, a pesar del corazón lleno de tristeza. Las palabras de Jesús son palabras de consuelo, que dan seguridad, como siempre sucede cuando Cristo pronuncia palabra.

Evangelio del día, 29 de julio: la certeza del Señor

Del Evangelio según San Juan
Jn 11,19-27

En aquel tiempo, muchos judíos habían venido a casa de Marta y María para consolarlas por la muerte de su hermano. Cuando Marta supo que Jesús llegaba, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Marta dijo a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero incluso ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá». Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará».
Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día». Jesús le dijo: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?» Ella le respondió: «Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».

Marta está en el dolor. Ella se dirige a Cristo con un grito de sufrimiento. Pero Cristo, con la conciencia de ser el Hijo de Dios, ofrece consuelo y palabras de esperanza. Se trata de las palabras más fuertes que Jesús pronuncia en todo el Evangelio. Cristo afirma, en esta ocasión, que Él es la Resurrección y la Vida. Jesús no se limita a prometer una resurrección futura: Él mismo es la Resurrección. Es el punto de paso entre la muerte y la vida, entre la desesperación y la esperanza. Quien cree en Él, aunque muera físicamente, vivirá. Y quien vive y cree en Él no morirá jamás. Es un vuelco total: la verdadera vida ya no es solo la biológica, sino la que está unida a Cristo. La fe se convierte en el acceso a una vida que no termina, ya presente en el hoy.

La actualidad del mensaje

¿Y nosotros? ¿Dónde nos encontramos? Este es un pasaje del Evangelio que nos toca de cerca, porque nos habla de la muerte, la espera, la esperanza y la fe. Pero no adelantemos demasiado. Detengámonos a contemplar la escena: Marta y Jesús, el dolor y la promesa, la muerte y la vida. Se nos pide una sola cosa: creer. No con palabras, sino con el corazón.

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