Evangelio del día, 19 de septiembre: el papel de las mujeres

El Evangelio del día del 19 de septiembre nos lleva a un momento de la vida cotidiana de Jesús, que camina por ciudades y aldeas para anunciar la buena noticia.

Evangelio del día, 19 de septiembre
Evangelio del día, 19 de septiembre – LaluzdeMaria

Con Él están los Doce, pero no solo: el relato abre una ventana sorprendente sobre el papel de las mujeres, testigos silenciosas y generosas que acompañan al Maestro. El Evangelio del día del 19 de septiembre no nos habla de milagros llamativos ni de disputas encendidas, sino de un camino compartido. Jesús recorre los caminos de Galilea anunciando el Reino de Dios. No lo hace solo. A su lado están los Doce y también varias mujeres. Ellas habían sido sanadas de heridas profundas y liberadas del mal. Su presencia es una revolución silenciosa: en un contexto cultural en el que la voz de las mujeres era marginada, Jesús las acoge y las hace parte activa de la misión.

Evangelio del día, 19 de septiembre: María de Magdala

Del Evangelio según San Lucas
Lc 8,1-3

En aquel tiempo, Jesús iba por ciudades y aldeas predicando y anunciando la buena noticia del Reino de Dios. Con Él iban los Doce y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, administrador de Herodes; Susana y muchas otras, que los servían con sus bienes.

Entre estas figuras destaca María de Magdala, liberada de siete demonios, que se convertirá en la primera testigo de la Resurrección. Está Juana, esposa de Cusa, vinculada al ambiente de la corte de Herodes: una presencia que muestra cómo el Evangelio llega incluso a los palacios del poder. Está Susana y hay “muchas otras”, una pluralidad que nos recuerda que el Reino no es obra de unos pocos protagonistas, sino de una comunidad viva y variada.

Un servicio concreto

Estas mujeres no permanecen al margen: sostienen a Jesús y a los discípulos “con sus bienes”. No se trata solo de una ayuda material, sino de una entrega profunda. Su vida sanada se traduce en don, en servicio, en apoyo concreto a la misión. En el gesto de sostener con sus bienes está toda la fuerza de un amor agradecido que se convierte en participación activa.

Un mensaje para hoy

El Evangelio del día del 19 de septiembre nos recuerda que la Iglesia nace de la contribución de todos. Hombres y mujeres participan con sus propios dones. La historia oficial suele destacar solo a los grandes nombres. Sin embargo, el Reino también crece gracias a quienes sostienen en silencio con la oración, el servicio y la generosidad diaria. Es una invitación a reconocer el valor de quien acompaña, de quien sostiene la misión en silencio y de quien comparte sus bienes y su tiempo para hacer avanzar el Evangelio.

Lee también: León XIV: el llamado por los heridos de la vida

Gestione cookie