En el octavo día de la Novena a San Carlo Acutis nos dejamos guiar por una reflexión que toca el corazón de su fe y revela el secreto más profundo de su camino hacia Dios.

En el corazón de San Carlo Acutis había un amor que superaba a todos los demás: el amor por la Eucaristía. Desde niño sentía que en ese pequeño trozo de pan consagrado se escondía el secreto de su vida. Decía a menudo: “Cuanto más nos acercamos a la Eucaristía, más nos hacemos semejantes a Jesús.” En este octavo día de la novena, el ejemplo de Carlo nos interpela personalmente. Cuántas veces nosotros también buscamos atajos para llegar a Dios, olvidando que el camino más sencillo, más directo y más verdadero es la Eucaristía. No hace falta correr lejos: basta arrodillarse ante Jesús presente en el sagrario para descubrir que el Cielo ya está aquí.
Carlo no se limitaba a participar en la Misa: la vivía. Preparaba su corazón como se prepara un encuentro de amor, ofrecía sus alegrías y sus fatigas, y luego permanecía en silencio ante el Señor. La Eucaristía lo transformaba, lo hacía capaz de reconocer a Cristo en los pobres, en sus compañeros de escuela, en quien necesitara una sonrisa.
Novena a San Carlo Acutis, octavo día: la Eucaristía, presencia viva de Dios
San Carlo Acutis nos recuerda que sin la Eucaristía la vida cristiana pierde su fuerza. Decía que era “su autopista hacia el Cielo” porque lo llevaba cada día más cerca de Dios, sin desvíos ni pausas innecesarias. También nosotros, como él, podemos hacer de ella el centro de nuestra vida: no un gesto dominical, sino una elección de amor cotidiana. La Eucaristía no es solo un rito, sino un encuentro que renueva, sana y da sentido a todo.
Oración inicial
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os agradezco por todos los favores y gracias con que habéis enriquecido el alma de San Carlo Acutis durante sus quince años transcurridos en esta tierra y, por los méritos de este amado Ángel de la Juventud, concededme la gracia que ardientemente os pido…
(se pide la gracia que se quiere obtener).
“La Eucaristía es mi autopista hacia el Cielo”
Cada vez que Carlo participaba en la Misa lo hacía con una alegría pura y contagiosa. Para él, la Eucaristía no era una costumbre, sino un encuentro que llenaba de sentido su jornada. Decía: “No nosotros, sino Dios. Y Dios es tan infinitamente grande que elige hacerse pequeño por nosotros.” Hoy, por su intercesión, pedimos al Señor que despierte en nosotros el deseo de la Eucaristía, que nos haga redescubrir el valor de la Misa y de la adoración, donde aprendemos a vivir el amor verdadero, el que se entrega y se parte por los demás.
Oración
San Carlo Acutis, tú que encontraste en la Eucaristía la fuerza y la alegría de tu vida, ayúdame a reconocer en ese Pan la presencia viva de Jesús y a hacer de Él el centro de mi camino espiritual. Así sea.
Recemos juntos
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5 “Padre Nuestro”
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5 “Ave María”
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5 “Gloria al Padre”
Oración conclusiva
Concluimos este octavo día de la novena agradeciendo a Dios por el don de la Eucaristía, fuente y culmen de la vida cristiana. Como San Carlo, también nosotros deseamos recorrer esta “autopista hacia el Cielo” con un corazón puro, una fe viva y un amor sincero por Jesús presente en el Sacramento.
Oración
Dios Padre de Misericordia, que has elevado a la gloria de los altares a San Carlo Acutis, para que por él Tú seas más glorificado, y nos has dado el honor de invocarlo Santo, porque vivió Tu voluntad en todas las cosas, por sus méritos, concédeme la gracia que ardientemente deseo. Amén.
Fuente: Preghiere per la famiglia
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