Salmo del día
Sal 62,2.3-4.5-6 R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. R/. ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que …