¿Criticas a la Iglesia? Carlo Acutis tiene algo que enseñarte.

Hay algo profundamente importante que impulsa a un adolescente, ya Beato, a defender a la Iglesia con tanta convicción. Un pensamiento de Carlo Acutis que nos enseña muchísimo sobre la Iglesia, poniéndonos frente a una realidad incómoda.

Carlo Acutis
Carlo Acutis (photo Ansa)

¿Qué quería decir realmente el Beato Carlo Acutis cuando, al defender a la Iglesia, afirmaba que ésta es dispensadora de tesoros de salvación? Proclamado Beato hace pocos años, este joven adolescente solía decir, con profunda convicción de fe, que criticar a la Iglesia es un poco como criticarnos a nosotros mismos. Entremos a fondo en su pensamiento para comprender mejor la enseñanza que este joven Beato quiere ofrecernos.

Lo que Carlo Acutis dejó tras de sí es un verdadero rastro de fe auténtica, vivida en lo cotidiano, en una era muy particular desde este punto de vista: la era de internet y los videojuegos. Carlo era un adolescente como muchos otros, y sin embargo tenía una conciencia extraordinaria sobre el valor de la Madre Iglesia, a la que no veía únicamente como una institución abstracta o lejana. Para él, la Iglesia era mucho más: una verdadera Madre que ofrece al mundo su bien más precioso, su Hijo Jesús.

Carlo Acutis: la Iglesia como nosotros mismos

El jovencísimo Beato afirmaba, en uno de sus momentos de reflexión, que:
“¡Criticar a la Iglesia significa criticarnos a nosotros mismos! La Iglesia es la dispensadora de los tesoros para nuestra salvación” (fuente: pensamientos de Carlo Acutis).
A través de este pensamiento, el joven toca una verdad muy importante y demasiado a menudo olvidada: desde su perspectiva, la Iglesia somos nosotros. Carlo nos enseña que la Iglesia no es exclusivamente una institución formada por una jerarquía. Más bien, podemos afirmar con convicción que la Iglesia es una comunidad viva, un cuerpo del que cada bautizado es miembro. Y aquí es donde llega el núcleo de su pensamiento.

“Criticar a la Iglesia es criticarnos a nosotros mismos”

El corazón del pensamiento de Carlo Acutis es muy claro: quien critica a la Iglesia, se está criticando a sí mismo. Pero atención: el joven Beato no invita al silencio ni a la complicidad pasiva. Lo que Carlo Acutis propone es una auténtica invitación a la corresponsabilidad. Para él, la Iglesia es dispensadora de tesoros, pero no de cualquier tesoro: se trata de los tesoros que conducen a la salvación. Es lo que el Beato definía como “la autopista hacia el cielo”.
Luego están los Sacramentos, la Palabra de Dios, la Comunión de los Santos, el Magisterio… todos ellos son instrumentos que Dios ha puesto en manos de la Iglesia para acompañar a la humanidad hacia la vida eterna.

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